Son consideradas como dos de las artes más potentes, teniendo en cuenta que inundan nuestras vidas. Pero al igual que cualquier cuadro o escultura no por el hecho de serlo constituyen arte, sin lugar a dudas aquí pasa exactamente lo mismo. Sin embargo son más cercanas. Resulta casi impensable dar un paseo sin tener en cuenta el entorno o vestirte sin atender lo que te pones, por poco que sea el entusiasmo que pongas. Todo el mundo tiene una opinión de la moda y la arquitectura, de lo que nos parece sugerente o nos transmite algo, dependiendo de parámetros estéticos y culturales. No todo el mundo entiende un Picasso, aunque si le preguntas a cualquier sevillano te dará su opinión sobre el “Metropol Parasol” conocido como “las setas de la Encarnación” o sobre la ampliación Palacio de Congresos.
La relación moda-arquitectura es intensa, ambas han sido capaces de apropiarse de las características de la otra disciplina, ya que comparten entre otras cosas el revestimiento de un cuerpo. Tanto arquitectos como diseñadores de indumentaria construyen para y alrededor de un cuerpo respondiendo a sus necesidades y al entorno.
En cuanto a la moda, puede ser algo que nos defina como personas, como ser, que remarque nuestra individualidad, pero sobretodo es una de las principales fuentes de expresión, con la que nos exponemos al mundo. Supone nuestra manera de mostrarnos ante los demás.
Sin embargo la arquitectura es algo más complejo de definir. Es más, cada uno tenemos nuestro propio concepto de ella. La arquitectura es habitar, son sensaciones al percibir lo que nos rodea, es la técnica y el estilo de proyectar, etc. Podemos verla, sentirla, tocarla. Puede ser efímera, temporal, móvil, estática, adaptable… pero al fin y al cabo, en mi opinión la arquitectura más importante en nuestra vida es la de nuestro propio hogar.
Atendiendo a los procesos de creación también vemos múltiples similitudes en cuanto a inspiraciones para proyectar. Un ejemplo de ello lo encontramos en el propio Frank Gehry, el cual afirma haberse sentido inspirado por colecciones de Issey Miyake (diseñador que obtuvo un gran reconocimiento en los años 80 por crear tendencia con la deconstrucción de plisados). O la propia Coco Chanel afirmaba “La moda es como la arquitectura, se trata de una cuestión de proporciones”.


Actualmente vemos una mayor preocupación por parte de los diseñadores en la manera mostrarse al público y vemos tiendas diseñadas por Rem Koolhaas, como la de Prada en Nueva York, o la de Marc Jacobs en Tokio diseñada por Jaklitsch y Gadner, mostradas en las siguientes fotografías.
Tanto en arquitectura como en moda, observamos infinidad de estilos creativos, dando juego a las formas, volúmenes y destacamos que priman características como la estética, aunque no queden exentas la comodidad y funcionalidad (o al menos normalmente). En ambos casos dejamos que sean ¨profesionales¨ los que nos resuelvan el problema, pues casi nadie se diseña su ropa ni proyecta su casa.
A pesar de que ambas disciplinas estén tan en conexión con el concepto del diseño y a la vez con el ser humano y con nuestra necesidades; en el panorama actual, son tratadas de manera frívola. En mi opinión sale peor parada la arquitectura. Sabemos que la moda es un negocio, ya que todos contribuimos a su crecimiento. Es más que un negocio, es una de las mayores industrias de la actualidad, pero al fin y al cabo tenemos posibilidades de adquirir ropa que nos guste ya sea reutilizándola, reciclándola, customizándola etc, Pero no podemos modificar el volumen ni la estructura de nuestra casa, o al menos de manera general.
Si no hay dos personas iguales, ¿por qué se construyen viviendas en serie donde priman valores de todo tipo excepto los ligados a la comodidad y al habitar? De manera general la arquitectura se impone si tus recursos son escasos. En la moda la puedes elegir, puedes decidir que ponerte o como definirte, sin necesidad de gastar mucho dinero. Pero con la arquitectura no… La gran mayoría de gente vive en viviendas de reducidas dimensiones, las cuales que han sido copiadas un número limitado de veces, y en ocasiones inhabitables. Bueno, en el panorama actual debes considerarte todo un afortunado si consigues “vivir” en uno de estos destartalados espacios.
De aquí parte el espeluznante concepto de “barrio”, donde a un grupo de señores arquitectos y promotores inmobiliarios se les ocurrió la brillante idea de diseñar un edificio optimizando sus costes y dejando completamente de lado las necesidades de sus futuros residentes así como la estética, es decir, dejando de lado la arquitectura, y luego copiarlo una y otra, y otra, y otra… vez. En Sevilla al igual que en todas las ciudades de España encontramos muchos de estos casos, como “San Pablo”, “El parque Alcosa” o “Pino Montano”, donde los edificios constan de un número determinado de forjados colocados paralelamente a como mucho 2.7 metros. Un barrio empieza y acaba cuando los edificios dejan de ser iguales, al menos aparentemente porque suelen carecer parcial o totalmente de arquitectura.
En imágenes como las superiores vemos que lo único artístico de estos edificios son los murales que se encuentran en sus fachadas, porque desde luego su estética deja bastante que desear. Pero no importa porque pese aunque en estos tipos de edificios vivan miles de personas, existe una minoría que ha salido bastante bien parada obteniendo cuantiosos beneficios (nótese la ironía).
Por lo tanto sí, podemos afirmar que la arquitectura y la moda comparten numerosas similitudes como objetivos, metas, procesos creativos, estilos, inspiraciones, etc. Pero puede que ambas cada vez mas sujetas al concepto de industria y alejadas de sus principios. Si miramos a las calles, ¿cual es el porcentaje de arquitectura que apreciamos? ¿Podríamos pensar o incluso afirmar qué sea el dinero uno de los factores principales que contribuyen a esta decadencia? O es que tenemos que diferenciar arquitectura y moda en dos grupos, es decir, el grupo que los entiende como industria y el que lo hace como arte. Desde mi punto de vista creo que desgraciadamente no hace falta ir muy lejos para descubrir que quizás gane por goleada el entendido por industria.
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